¿Llevas mucho tiempo practicando una rutina de ejercicios sin obtener los resultados deseados? ¿Consideras que pasas muchas horas en el gimnasio, sin embargo no logras un cambio en tu apariencia física? La respuesta a tus interrogantes puede deberse a una sola, pero fundamental razón. Se trata de tus hábitos alimenticios. El actual ritmo de vida nos imposibilita dedicar el tiempo necesario para llevar una alimentación acorde a lo que necesita nuestro cuerpo, ya que éste es el objetivo principal de nuestras comidas. Es decir, no se debe comer solamente porque se nos ocurrió, la ingesta de alimentos debe ser proporcional a nuestro peso, nivel de actividad y edad. Puede sonar aburrido y restrictivo, pero una alimentación saludable te permitirá sentir una mayor energía, permitiendo que tu cuerpo aumente su ritmo y mejores tu desempeño. Además, construyendo buenos hábitos alimenticios tienes menos riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, diabetes o algún tipo de cáncer.
Grasas.
Del total de calorías, entre un 20 y 40% deben corresponder a grasas, ya que comer la cantidad necesaria de grasas saludables te ayuda a perder peso corporal, formando un cuerpo esbelto. Para hacer efectiva esta premisa, el procesamiento de las comidas que ingieres es un factor clave, ya que el porcentaje de grasas poliinsaturadas, monoinsaturadas y saturadas de un producto, dependen de su método de fábrica.
La leche es uno de los alimentos que contiene grasa muy saludable, pero sólo si se consume en su estado natural, ya que aquella que se encuentra homogeneizada y pasteurizada puede resultar muy dañina para el cuerpo.
Por su parte, la carne animal desarrolla un alto nivel de grasas saturadas nocivas, si éste proviene de la producción masiva, donde generalmente son alimentados con hormonas, antibióticos, granos y soya. Clara evidencia de esto son las poblaciones alojadas en las zonas polares del mundo o las tribus en África, quienes jamás se han visto afectados por la cantidad de grasas que ingieren (ballena, foca, peces, leche entera, carne y sangre de organos), ya que todos estos alimentos son consumidos en su estado natural.
Respecto a las grasas monoinsaturadas, por lo general son bastante estables y no reaccionan negativamente frente a la luz o calor. Mayor atención debemos prestar a las poliinsaturadas refinadas y/o hidrogenadas, ya que de ésta provienen las grasas trans y pueden resultar altamente tóxicas al momento de calentarse. Por eso mejor evita freír tus alimentos, prefiere hornear, hervirlos, utilizar mantequilla o cocinarlos al vapor. Dentro de esta última categoría también se sitúan los ácidos grasos Omega-6 y Omega-3, esenciales para el cuerpo, ya que no los podemos producir. La manera menos invasiva de ingerirlos es a través de nueces, almendras, semillas sin refinar, salmón y otras especies salvajes.
Quizás estás pensando en la dificultad para encontrar los alimentos que te recomendamos, prefiriendo eliminarlos de tu lista del supermercado. Sin embargo, este tipo de grasas son fuente importante de vitaminas. Por eso, para el caso de la leche, puedes optar por la leche descremada o libre de grasas, adquiriendo el porcentaje que necesitas en algún yogurt o queso “entero”, siempre y cuando manejes el total de calorías. Respecto a la carne, prefiere las de tipo orgánica o bien, aquellas que indiquen estar libres de componentes artificiales. La demanda de este tipo de alimentos ha ido en alza los últimos años, provocando un aumento de tiendas dedicadas al rubro de los alimentos enteros o productos orgánicos.
Estrategia alimenticia.
Como mencionamos al principio de este artículo, es muy importante para nuestro organismo recibir una alimentación adecuada. A continuación te recomendamos seguir estos prácticos consejos para mejorar tus hábitos alimenticios.
– Come entre 5 y 6 porciones pequeñas cada 3 horas y de preferencia planifica tus comidas para la semana completa. Cada una de estas porciones debe contener proteína magra, carbohidratos llenos de fibra y una ración de grasa saludable acorde a tu requerimiento de calorías.
-Evita las dietas de moda y trata de incorporar un día de sobrealimentacion, así estarás activando tu metabolismo.
-También puedes sumar todo tipo de té verde, oolong, negro y blanco, ya que te ayudan a quemar grasas. Lo mismo con los lácteos, si no tienes problemas con la lactosa, incluye 3 o 4 porciones de éstos.
La clave es consumir productos que se encuentran en su estado natural, así no debes preocuparte del nivel de grasas saturadas, monoinsaturadas o poliinsaturadas presente en ellos, evitando radicalmente relacionarte con las malvadas grasas trans.
Para el tratamiento de tu grasa corporal, te recomendamos utilizar Revex-16, un efectivo liberador y quemador de grasa persistente, que además energiza tu cuerpo y estado de ánimo. Estimula la termogénesis y actúa como diurético, al igual que el té. Contiene extracto de Garcinina Cambogia, planta medicinal que reduce el colesterol malo del torrente sanguíneo.