Vitamina D (segunda parte)
La cantidad corporal total de vitamina D, depende principalmente de la síntesis cutánea de colecalciferol (D3) y de la ingesta de vitamina D proveniente de ladieta, de alimentos fortificados con D3 o D2 y de suplementos de D3.
Existen una serie de factores que afectan la producción cutánea de vitamina D3. Ellos son: a) la melanina que compite con el 7-dehidrocolesterol (7-DHC) por los fotones UVB y por ello, la gente de piel morena requiere una exposición más larga a la luz solar que la gente blanca para producir igual cantidad de vitamina D3; b) con la edad disminuye la concentración de 7-DHC en la epidermis y por este motivo los mayores de 70 años producen menos vitamina D3 que los adultos más jóvenes a igual exposición a la luz solar; c) la intensidad y magnitud de la luz solar la cual a su vez va a depender de: la estación del año, la latitud geográfica, la hora del día, y la existencia de nubosidad y/o niebla; y d) el tipo de vestimenta y el uso de protectores solares.
En la dieta las principales fuentes de vitamina D son: aceite de hígado de bacalao, salmón sardinas, atún, camarones, quesos, crema de leche, mantequilla, yema de huevo fresco. También es posible encontrar alimentos fortificados con vitamina D como leche, yogur, margarina, cereales y pan. Hay hongos que aportan vitamina D2 cuando antes de cosecharlos se exponen a radiación UVB.
Otra fuente de vitamina D que cobra cada día más y más importancia es la aportada por suplementos, ya sea como nutriente único o asociada con otras vitaminas y/o minerales. Lo ideal es la presentación única de vitamina D3 pues de este modo puede administrarse en la dosis que cada persona necesita.
Requerimientos.
Un microgramo (mcg) de vitamina D es equivalente a 40 UI (Unidades Internacionales). Distintas instituciones internacionales de salud han establecido los requerimientos diarios de vitamina D. Hasta los 50 años de edad los requerimientos diarios de vitamina D son 200 UI. Sobre los 50 años los requerimientos diarios aumentan ya que la capacidad de elaborar vitamina D en nuestra piel va disminuyendo a medida que se envejece. A partir del 2005 diversas investigaciones clínicas han establecido que en adultos mayores los requerimientos diarios de vitamina D deberían oscilar (de acuerdo a cada caso particular) entre 12,5 a 25 mcg diarios (500 a 1000 UI) para mantener niveles sanguíneos suficientes de vitamina D (sobre 30 ng/ml).
Hipovitaminosis D.
La deficiencia de vitamina D produce osteomalacia, enfermedad caracterizada por reblandecimiento de los huesos debido a inadecuada mineralización de la matriz orgánica por cantidades insuficientes de calcio y fósforo. Cuando ocurre en niños se habla de raquitismoreservándose el término osteomalacia para adultos jóvenes y de edad media. Los síntomas clínicos de ambas enfermedades son dolores óseos, debilidad muscular, fragilidad ósea, tendencia a caídas y deformaciones óseas, especialmente en caso de niños (raquitismo) cuyos huesos se encuentran en proceso de crecimiento.
En adultos mayores la hipovitaminosis D origina disminución en la absorción intestinal de calcio, hiperparatiroidismo secundario, aumento en la reabsorción ósea, con pérdida predominantemente de hueso cortical y, en forma asociada, defectos en la mineralización ósea. Todas estas alteraciones conducen finalmente a la osteoporosis y a sus complicaciones, las fracturas osteoporóticas.
Hipervitaminosis D.
La vitamina D3 producida mediante síntesis cutánea no presenta ningún riesgo de toxicidad debido a que nuestro organismo deja de elaborarla cuando se alcanzan los niveles máximos adecuados. El peligro de esta vitamina se produce cuando se ingieren cantidades excesivas a través de medicamentos.
Se ha observado que dosis superiores a 50.000 UI diarias de vitamina D pueden causar hipercalcemia, la que puede derivar en el endurecimiento de articulaciones y la calcificación de órganos como corazón y riñón. Enfermos que padecen de tuberculosis, hiperparatiroidismo primario o linfoma, pueden desarrollar hipercalcemia como respuesta a un incremento de vitamina D en la dieta y estos pacientes deberían consultar a su médico tratante antes de tomar cualquier suplemento de esta vitamina.
Autor: Dr. Renato Orellana Chamudis